Efímera Escritura

parece que no cansa el cansancio, que el sueño es solo eso,  un sueño, que las lágrimas crean mares intocables, que las luces de tu alma y la mía fueron creadas al unísono, que mis viajes de dudas y tus palabras de miedo nacieron para estar juntas, que las noches, tuyas, mías, nuestras, son para anhelarnos.  Para soñar con un momento eterno, para sonreír tristemente al compás,  para percatarnos de los sentidos que aún no descubrimos, para llorar por la alegría, para morir sin prisa, para hablar sin decirnos nada, sonriendo tontamente, felizmente. Apreciándonos, contemplando nuestras miradas, buscando la razón del embelesamiento, buscando los tornillos de nuestra sensatez,  las prisas de nuestra paciencia, la noche de nuestro fin,  que parece que no se ha escrito todavía.

De los sueños vividos hay uno en especial que hoy quiero recordar la mezcla perfecta de pieles en el altar de la pasión lo conjugado del espacio y tiempo en el sudor la perfección de los minutos que rozaron mis manos la supresión de respiros en las constantes dubitaciones las miradas y los sueños perdidos en los besos las esperanzas de inmortalidad de los minutos que siguen al placer. [Ese sueño lo recuerdo viviendo]