Caos, perdónanos!
me dices disculpa por el caos, que no estás pensando tan claro... yo te pido disculpas? quizá debí no aceptar tu invitación, sabiendo lo dinamitada que está tu alma. quizá debí aceptar tu rechazo con más honor, con orgullo y ni siquiera regalarte una sonrisa. sonrisa, la tuya, la que dibuja la comisura de tu boca mientras me disfrutas, sonrisa que me regalas mientras piensas cómo podemos evitar lo inevitable. quizá debí solo abrazarte y dormir en tu pecho, acurrucarme cual durmiente a su almohada. quizá debí mantener a raya mis dedos, enmascarar mi piel de una dura coraza, esa que tu deseo igual puede penetrar. penetrar, la meta prohibida, la sensación que estuvo y no hubo. penetrar en nuestras mentes no pudimos evitarlo, te sigo pensando, te sigo sintiendo. quizá debí controlarme -más-, no enrroscarte con mis piernas, no dejar que mis poros respiren tu aire, tu aroma. quizá debí aguantar el frío, heróicamente, no permitir que nos brinde tanto calor nuestra desnudez. desnudez,