TiEmPo




Lento? Cada vez más lento, dijiste. Pero, qué pasaría si te digo que el viento habló conmigo,
me confesó tu cariño, se atrevió a descubrirte. Me rozó una noche, me abrazó, me estremeció,
me contó, lo afirmó.


Cómo no creer que eres para mí, cómo no (siendo arrogante) creer que soy para ti, si tu mirada, tus suspiros, tus manos y nuestro conjugar, me lo gritan.

Por qué tantas señales bloqueadas, por qué vendarse ante lo evidente.

Tiempo, efímero él, será pasajero de mi andar, un burdo miembro de mi historia.
Mientras (sigo) reafirmando que soy para ti, como tú eres -aún, no sólo- para mí.

Si no es mi fuerza es tu empeño, si no son tus caricias son mis besos, si no es tu mirada es mi sentir(te), si no son tus ojos son mis manos. Todos mensajeros de lo complejo que es esto:
de lo especial y dialéctico que puede ser “esto”. De lo inexplicable, cuasi increíble, que es ESTO.

Esto, es para muchos como el color de una pared, todos ellos lo ven, yo que me defiendo de él, paso y ni siquiera lo miro. No quiero atender, no puedo entender, olvido si es preciso, para no tener que recordar: tu ausencia a pesar de tus ganas mis ganas a pesar de tu soledad.


Como capricho me aferré a una idea, reforzaste con besos y palabras mi ensañamiento.
Ahora, en el limbo de mis ganas no sé si estoy -o soy- retirada de batalla, porque en guerra estoy, tan intensa, íntima, tan mía, tan con ganas de querer que –también- sea tuya.

Y si dejo mi orgullo?
Y te vivo, te siento, te respiro?
(o debo hacer lo que no hice antes)
Tú gritaste que me fuera, el mismo que quiso que siguiera, que me aferrara.
Me pides que me aleje, me gritas que me acerque... es a ella. Le suplicas que regrese, que insista, que esté, que sea.
me aferro y tiemblo... quiero estar, quisiera ser.

Siempre juzgo tu amar, por qué la amas? Me pregunto.
Y realmente no tengo autoridad.

Qué es querer pasar mis días contigo, morir por sonreírte en las mañanas y desear dejar las ganas en las sábanas?

Esto ¿Qué es?

Antes sólo quería cambiar lo que tocaba, con toda humildad, reconozco mi arrogancia, creía mejorar lo que se me acercaba.

Pero tú, una especie de niño, sorprendido aún por la vida.
Maravillado porque no cree en la fantasía. Un ser que vive con ganas, aunque a veces vive de las ganas.
Eres cual cubo mágico, un trébol de tres hojas, sin suerte... Con pequeñas piezas, con matices que deben ser vistos poco a poco, como los colores de tu pupila.
Eres tan diferente y parecido a todo lo que he visto.

Eres más de lo que veo, eres menos de lo que siento;
eres tan complicado al hablar y tan simple al sentir, tus dudas son respuestas a tu miedo, son aliento.
Y vaya que te alientas!

Todo lo que creo que eres no lo quiero cambiar, mejorar, ni empeorar.
Quiero ser parte tuya, acompañarte, descubrirme cuando estás ahí, que te descubras cuando estoy allí.

Quiero, en definitivo, un momento, uno solo, para enseñarte, para mostrarte los ángeles en la tierra, fundirnos en la fantasía y retar nuestros pensamientos...




lo que pase después...

... es historia del mañana.


Mayo 03


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