Tenemos algo que decir...

Quiero contarles...

... Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño, sobre todo cuando nuestro adiós sí maquilla un hasta luego, cuando nuestro nunca esconde muchos ojalás y cuando estas cenizas mueren por jugar con fuego...

Y es que ahora está tan lejos el olvido, cómo olvidar si se llevó mi sed, mis besos, mi pan, mi violencia, mi pasión. Por él quemé mis naves y algo más, malvendí mi alma a Satanás a cambio de la llave de su intimidad... Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa, a cambio de sus besos y su prisa; con él descubrí que hay amores eternos...

Y sin embargo, hay una cosa que no voy a lograr, y es que me cambie por su libertad. Si le pido “quédate un poco más” se viste y se va. Cuanto más le doy, él menos me da.

Puedo ponerme humilde y decir que no soy la mejor, que me falta valor para atarle a mi cama, que sigo esperando que cuando llegue por fin mi mensaje a sus manos, tomaremos juntos al abordaje la carretera que le conté. Y se morirá el olvido porque saldré con él esa noche y seremos dos gatos al abrigo de los portales.

Puedo olvidarme de mi dignidad y decir que soy inútil como un sello por triplicado, como el semen de los ahorcados, como el perfume del desengaño cuando estoy sin él... puedo continuar, y decir: que podría ser su miedo y su fe, su noche y su día, su rencor, su por que, su agonía...o tal vez yo para él.

Hoy San puta me dice que "los besos perdí, por no saber decir:"te necesito". Me grita: "la vida sigue" -como muchas cosas que no tienen sentido, le contesté. Y respondió, el hijo de Puta: Tienes que aprender a decir adiós, la mejor distancia es la mayor -Simplemente callé, cómo dicutir con él.

De oídos de palo me hice y pensé: "Yo no quiero saber por qué lo hiciste; yo no quiero contigo ni sin ti; lo que yo quiero es que mueras por mí... y te juro que nada va a pasar que no queramos tú y yo"

Y terminé diciendo: me entristece pensar que en el camino que me he trazado... quizás haya un psicólogo argentino mostrándome el camino, una mano amiga, un pendejo inglés, una sonrisa fingida, un placer desmesurado, piernas cariocas, bailes del infierno, sueños tropezados o un mozo vertiendo besos. Todos menos tú.

Abriendo los ojos, me digo: que algunas veces vivo y otras veces la vida se me va con lo que escribo y escribiéndote vivo un poco más...

... Un juego de letras. Zambullida en la angustia, la desesperanza, la agonía de un beso mal dado, entre tus brazos negados... acompañada por él: Joaquín, qué compañero!